martes, 10 de octubre de 2017

El gobierno provisional ante las Cortes de la II República Española

Las Cortes constituyentes tuvieron apertura el 14 de julio de 1931. Habían sido extraídas todas las cosas que pudiesen recordar al régimen caído y eran sustituidas por murales de la República.
Narciso Vázquez Torres presidió la mesa de edad por su longevidad.

El pueblo madrileño estaba eufórico, voceando Vivas a la República; tras esta euforia de los ciudadanos, Niceto Alcalá-Zamora, se dirigió al pueblo agradeciendo todo el esfuerzo y dándole importancia a ese día tan especial. Dirigió unas palabras Alcalá-Zamora a los diputados "[...] Vais a ser los escultores del pueblo", pidiendo de dicha manera una buena precisión para esculpir la Constitución.


Tras una ovación a Alcalá-Zamora, Narciso Vázquez Torres, el presidente de edad, pidió que le acompañaran a recibir un tributo de tropas madrileñas.
Terminado dicho desfile, los diputados retomaron el hemiciclo ya que tocaba elegir al presidente interno de la cámara. El elegido fue Julio Besteiro Fernández por casi unanimidad. En su discurso pidió, con palabras más comedidas, una rapidez en los discursos ya que se gozaba de una extrema limpieza de las elecciones.

Comenzaban así aquellas Cortes constituyentes que iban a estar reunidas, ininterrumpidamente, hasta el 9 de octubre de 1933 que se disolvieron. De su ingente labor política y legislativa son testimonio los 405 volúmenes recogidos en el Diario de Sesiones. A ellos les correspondió el deber de ordenar política e institucionalmente la revolución. Para los que se sentaron en los escaños la mayoría para bien y unos pocos para mal, era una revolución.

Los aplausos que cerraron el discurso de Besteiro dieron paso a la intervención de Royo Villanova sin éxito y después Alcalá-Zamora proclamaría que el gobierno no sería más un poder único ni supremo, su legitimidad derivaba de la revolución.

Tras un intenso bullicio, Ortega y Gasset sentenció que lo que no aceptaría que se hiciese es el payaso, tenor o jabalí ─ terminó diciendo─ señores, tenéis que sucederos a vosotros mismos. Acabó entre aplausos y gritos de ¡A votar! ¡A votar!.


Fuentes: www.congreso.es
Política en la II República Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo


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